Consiste en un estudio minucioso e individualizado de la anatomía y la postura del paciente, al igual de tener en cuenta sus hábitos de vida y la manera en la que ha ido enfermando.
La RPG parte de la individualidad de cada persona para diseñar un tratamiento global que, partiendo de los síntomas que presenta, busque y resuelva las causas que los han provocado.
Simplemente con el paso del tiempo y el tipo de vida que en muchas ocasiones llevamos, vamos acumulando tensiones, perdiendo elasticidad y nos vamos deformando y encogiendo. Todo ello se agrava en caso de existir algún factor añadido: accidente, enfermedad, malos hábitos de vida...
Con el tratamiento de RPG el paciente participa en su propia recuperación, guiado en todo momento por el terapeuta.
El tratamiento consiste en trabajar con el paciente en determinadas posturas de estiramiento y recolocación del cuerpo, para poco a poco ir corrigiendo patrones anormales de postura, ganar elasticidad y funcionalidad, así como para enseñarle una herramienta a englobar en su día a día que le ayude a ser consciente de su cuerpo y a cómo puede él mismo prevenir problemas. Es un trabajo importante tanto para paciente como terapeuta pero con grandes resultados a nivel de alivio de dolores, ganancia de elasticidad, de calidad de vida, de visión del propio cuerpo e incluso resultados estéticos.